se caracterizan por la actividad eléctrica y fuertes ráfagas de viento, pero sin que haya lluvias significativas. Aunque las nubes generen lluvia, esta se evapora antes de llegar al suelo debido a las altas temperaturas y la sequedad del aire en las capas inferiores de la atmósfera. El resultado es una tormenta con rayos, pero sin agua, lo que aumenta el peligro de que se desaten incendios.

El origen de las tormentas secas

Estas tormentas suelen estar impulsadas por los llamados "reventones secos": grandes masas de aire caliente que descienden de las nubes convectivas, y que, al llegar al suelo, generan vientos intensos de hasta 100 km/h. Aunque no aportan lluvia, pueden transportar polvo y otros elementos, lo que contribuye a la propagación de incendios y puede causar daños materiale

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