Una madrugada, 17 chicos de la misma clase se despiertan y salen de su casa para nunca volver. El evento despierta la paranoia en un barrio suburbano donde, ante la propia vida rota, el confort sólo aparece en la desgracia ajena.
Según Sam Raimi, el hombre que filmó el terror camp como nadie en Evil Dead (1981), el cine de horror debe seguir tres reglas. Uno : los inocentes tienen que sufrir. Dos : los culpables deben ser castigados. Tres : hay que probar la sangre para crecer.
Circulan versiones del aforismo que difieren en la letra chica, pero Weapons , la nueva película de Zach Cregger , estrenada en nuestro país como La hora de la desaparición , tilda todas las casillas. Mucho se dijo antes de que llegara a los cines el jueves pasado. Se habló de una puja feroz entr