Un equipo de la universidad estatal de Pensilvania ha logrado transcribir fragmentos de llamadas sin escuchar el aire, sino leyendo a distancia el temblor del teléfono. Un avance brillante, pero también una advertencia de seguridad.

Lo que parecía imposible se ha hecho realidad: alguien habla por teléfono en un pasillo concurrido y, a tres metros de distancia, un dispositivo silencioso apunta hacia el móvil. Minutos después, fragmentos de esa conversación aparecen transcritos en una pantalla, pese al ruido ambiente y sin que ningún micrófono haya estado cerca.

Eso—con matices—es lo que ha conseguido WirelessTap, un sistema de investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania que usa radar milimétrico y modelos avanzados de reconocimiento de voz (ASR, por sus siglas en inglés) para e

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