Alejandro Cantaro era el fiscal general de Bahía Blanca al mismo tiempo que su sobrino integraba una banda dedicada a la venta de estupefacientes en boliches y fiestas electrónicas. También por esos años había sido designado para investigar un grave hecho en Mar de Plata: nada menos que la agresión al entonces presidente Mauricio Macri.

Eso sucedió en el pasado, en el presente el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) de Bahía Blanca lo condenó a 6 años de prisión por haber protegido a la denominada banda de los “Narcochetos 2”, dedicada al narcotráfico en esa ciudad del sur bonaerense e integrada por uno de sus sobrinos.

Los jueces Ernesto Sebastián, Alejandro Silva y Simón Bracco consideraron al exfiscal como partícipe primario del delito de tráfico de estupefacientes en la modali

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