Nadie te conoce más que vos mismo. Ni tu pareja , ni tus hijos , ni tus amigos. Ni siquiera tus médicos. Solo vos sabés qué decisiones tomaste en la vida, qué valores te guían, qué cosas estás dispuesto a aceptar y cuáles no.

A lo largo del tiempo, es probable que hayas cultivado una imagen fuerte: responsable, autónoma, resolutiva. Pero... ¿qué pasaría si un accidente o una enfermedad te dejara temporal o definitivamente sin poder comunicarte, sin poder tomar decisiones ? ¿Quién querrías que hable por vos? ¿Cómo asegurarías que tu voluntad sea respetada?

Planificar el futuro no siempre es fácil. A veces ni siquiera nos permitimos pensar en ciertas eventualidades porque creemos que nos hacen más vulnerables. Sin embargo, anticiparse a esas situaciones no es un signo de debil

See Full Page