La elección del territorio como sede de la cumbre ruso-estadounidense es un doloroso recuerdo de cómo los zares vendieron en 1867 la península a Estados Unidos a espaldas del pueblo ruso

La elección de Alaska como sede de la cumbre ruso-estadounidense es un doloroso recuerdo de cómo los zares vendieron en 1867 la península a Estados Unidos a espaldas del pueblo ruso, un mal negocio que podía haber cambiado la historia del siglo XX.

Rusia veía a Estados Unidos como un potencial aliado” y un contrapeso a Inglaterra y Francia, comentó Alexandr Petrov, historiador ruso y experto en historia estadounidense.

A esto se suma que en los 125 años de dominio de Alaska -los españoles llegaron años después- los colonos rusos apenas la habían explorado y las relaciones con los aborígenes eran muy ten

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