A principios de este año, Scott Rasmussen, veterano encuestador y comentarista político, viajó a Bowling Green, Kentucky, conocida por su planta de ensamblaje de Corvette y por ser la ciudad natal de Fruit of the Loom. Tras recorrer la ciudad, a unos 105 kilómetros al norte de Nashville, regresó a casa con una idea novedosa: usar la IA para transformar las encuestas, una disciplina notoriamente voluble e imprecisa que había estudiado durante décadas. Para llevar adelante el proyecto, se asoció con un socio inesperado: Google.

Rasmussen había visitado Bowling Green para conocer el trabajo de Jigsaw, un grupo de expertos de Google que aborda grandes desafíos sociales, como la desinformación en línea. En ese momento, colaboraba con el gobierno local de la ciudad de Kentucky y el condado circ

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