Lo único peor que pudo experimentar la familia de Y.P Jaramillo, una menor de 16 años de edad del municipio de Miranda (Cauca), víctima del delito de acceso carnal violento el pasado 24 de marzo, fue el desprecio, dicen, con que la Fiscalía, la Oficina de la Mujer y la Sijin tomaron el caso .

Tanto así, que ante la falta de respuesta de las entidades terminaron los familiares, con guantes, en el lugar de los hechos recogiendo y poniendo en una bolsa muestras de fluidos corporales que aún permanecían en el sitio y embalando artesanalmente las prendas de vestir de la niña para que se hicieran las pruebas forenses.

Pruebas que entregaron en el hospital del municipio y que semanas después de haberse registrado el caso de abuso, aún seguían en el centro médico a la espera de que la Fisca

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