Recibo por «whatsapp» un cartel con el siguiente mensaje: «Para que os montes non ardan precisamos de mais cabras nos montes e menos cabrons nos despachos». Creo que no necesita traducción. Me lo envía un antiguo ministro de Agricultura, de cuando los ministros eran competentes y ejercían su trabajo con dedicación y responsabilidad. Los que hemos oído de niños cada mañana, al rayar el día, el bronco sonido de la cuerna del cabrero, llamando a las cabras de cada casa a formar la cabrada para dirigirse al monte, comprendemos bien el mensaje, ahora que España arde por los cuatro costados. El ganado, sobre todo las cabras, limpiaba los montes de forma natural y limitaba el riesgo de los incendios forestales. El resto lo hacían los vecinos durante el año arreglando caminos y acarreando bardas y
Los incendios y las cabras

44