La tragedia que vuelve a enlutar a Colombia no la merecemos. No podemos seguir matándonos entre nosotros mismos. Estamos sumergidos en este espiral de desasosiego que nos derrumba la existencia. Vivir es la opción más maravillosa que nos ha dado Dios ¡No nos sigamos matando!

Lo que le ocurrió al senador y precandidato Miguel Uribe debe llamarnos a la reflexión más profunda: ¿Es este el país que les queremos dejar a nuestros hijos y nietos? ¿En serio? ¿Es este? Basta ya de amenazas, de matanzas, de sangre que clama justicia ¡Basta!

Conversé con Miguel en mi despacho el 16 de mayo del año pasado. Reconozco en él un joven con una proyección admirable y con las mejores intenciones de hacer una política limpia. Su fallecimiento, a causa de un atentado perpetrado el 7 de junio pasado, nos recu

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