La vieja Suprema Corte de Justicia de la Nación del régimen presidencialista priista y prianista termina su largo ciclo sistémico y comienza la nueva vieja Suprema Corte de Justicia de la Nación sometida al sistema presidencialista morenista. Los dos grandes ciclos del Estado mexicano se han acomodado en disputas por la hegemonía y no han intentado un esfuerzo de construcción de un verdadero Estado democrático con equilibrio de poderes.

La Corte en el viejo-viejo régimen fue un apéndice del autoritarismo presidencialista centralizador, absolutista y vertical, en tanto que la Corte en el nuevo-viejo régimen reproduce exactamente los mismos vicios del Poder Judicial anterior. Los perfiles disciplinados que ha mostrado el próximo presidente de la Corte, Hugo Aguilar Ortiz, son exactos a los

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