Sam Altman, CEO de OpenAI, se encuentra en una situación complicada tras el lanzamiento de GPT-5, la última versión de su popular chatbot ChatGPT. Se esperaba que este modelo tuviera una inteligencia comparable a la de un experto con doctorado, pero los resultados han sido decepcionantes. Los usuarios han reportado que GPT-5 no puede realizar tareas básicas, como etiquetar mapas o identificar correctamente a los presidentes de Estados Unidos.
Desde su lanzamiento, que se retrasó aproximadamente un año, GPT-5 ha sido objeto de burlas en redes sociales. Un periodista, Tim Burke, solicitó un diagrama de los primeros 12 presidentes de EE. UU. y recibió una imagen con errores ortográficos, como "Gearge Washingion". Otro usuario, Ed Zitron, mostró cómo GPT-5 confundió estados como "Yirginia" y "Tonnessee". Estas fallas han llevado a muchos a cuestionar la capacidad de OpenAI para ofrecer productos de calidad que los consumidores deseen.
La reacción negativa ha sido tan intensa que más de 4.000 personas firmaron una petición para que OpenAI reintrodujera la versión anterior, GPT-4. Un usuario en Reddit expresó su frustración, afirmando que GPT-5 "se volvió loco" al intentar gestionar tareas simples. En respuesta a la mala recepción, Altman ha tenido que hacer "control de daños", anunciando el regreso de GPT-4 para suscriptores de pago y reconociendo que el lanzamiento fue más problemático de lo esperado.
La situación plantea serias dudas sobre el futuro de OpenAI, que nunca ha reportado ganancias y tiene una valoración de 500.000 millones de dólares. Críticos como Gary Marcus han señalado que el lanzamiento de GPT-5 podría dañar la reputación de la marca. A pesar de que GPT-5 superó pruebas internas, la promoción excesiva del producto ha llevado a una decepción generalizada entre los usuarios.
El lanzamiento de GPT-5 también ha puesto de manifiesto las deficiencias de la inteligencia artificial generativa, lo que ha llevado a muchos a cuestionar si OpenAI puede realmente competir en el mercado de productos de consumo. La falta de una personalidad atractiva en el nuevo modelo ha dejado a muchos usuarios insatisfechos, lo que podría tener repercusiones en la lealtad de los clientes y en la percepción pública de la empresa.