Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, se reunirán este viernes en la base militar de Elmendorf-Richardson, en Alaska. Este encuentro, programado para las 21:30 hora peninsular española, es el primero que ambos líderes realizan en suelo estadounidense desde 2015. La cumbre se centrará en la crisis en Ucrania, la seguridad internacional y la cooperación bilateral.

Yuri Ushakov, asesor del Kremlin, ha confirmado que el principal objetivo de la reunión es "buscar cómo solucionar la crisis ucraniana". La agenda incluye un encuentro privado entre Trump y Putin, seguido de un "desayuno de trabajo" con las delegaciones de ambos países. La delegación rusa contará con figuras clave como el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el ministro de Defensa, Andréi Beloúsov.

La elección de Alaska como sede no es casual. Ushakov ha destacado el simbolismo del lugar, recordando que cerca de la base se encuentra un cementerio donde descansan pilotos soviéticos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Este contexto histórico añade un trasfondo significativo a la cumbre, especialmente en el 80º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi.

Trump ha calificado la reunión como un "ejercicio de escucha" y ha indicado que el resultado de este encuentro determinará los próximos pasos en las relaciones entre ambos países. Ha expresado su intención de convocar una segunda reunión con Putin y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, si la cumbre resulta exitosa. Sin embargo, también ha advertido que, de no lograrse avances, "habrá consecuencias muy graves".

El presidente ucraniano, Zelenski, ha dejado claro que cualquier decisión sobre el conflicto debe incluir a Ucrania. Ha manifestado su disposición a flexibilizar su postura en las negociaciones, pero ha subrayado que no aceptará acuerdos que no respeten la soberanía de su país. Esta posición ha sido respaldada por líderes europeos, quienes insisten en que cualquier negociación debe priorizar un alto el fuego con garantías de seguridad.

Para facilitar la visita de la delegación rusa, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha suspendido temporalmente las sanciones contra Putin y algunos de sus colaboradores. La base de Elmendorf-Richardson, un punto estratégico en el Ártico, está bajo estrictas medidas de seguridad coordinadas por equipos estadounidenses y rusos. El gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, ha celebrado la elección del estado como sede, destacando su relevancia en la diplomacia global.