Este lunes se anticipa como un día crucial para el plan económico del Gobierno, que implementará una serie de medidas para estabilizar el mercado. La administración encenderá la "aspiradora" de pesos a máxima potencia, buscando absorber los pesos sobrantes de la reciente licitación de deuda. Este ajuste se produce tras la eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi), que había inyectado una cantidad significativa de pesos en la economía, provocando un desplome inicial de las tasas de interés y un posterior aumento en el costo financiero.
La última licitación de deuda en pesos mostró un rollover del 60%, dejando fuera de la operación aproximadamente 5,7 billones de pesos. Analistas consideran que este bajo nivel de renovación era previsible, dado que muchos títulos del Tesoro están en manos de bancos que necesitaban liquidez inmediata. En respuesta, el Gobierno anunció una licitación adicional y cambios en el esquema de encajes, permitiendo a las entidades financieras utilizar parte de sus tenencias de deuda pública para cumplir con los requisitos regulatorios.
El resultado de la licitación fue interpretado como un indicativo de desorden en la política monetaria. Operadores recordaron el desarme de las LEFI en julio, que liberó 10 billones de pesos, y señalaron que ese flujo aún presiona el sistema. GMA Capital advirtió que la incertidumbre en torno a la política monetaria podría reflejarse en los precios en los próximos meses. La licitación extraordinaria del lunes incluirá una letra TAMAR, diseñada para absorber pesos y ofrecer cobertura ante la volatilidad de tasas.
El programa económico busca eliminar fuentes de emisión monetaria, pero la cancelación de las LEFI llevó al Banco Central a emitir el 30% de la base monetaria para pagarlas. La Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia evaluó que la salida de las LEFI intentaba alargar plazos, pero resultó en más tasas y menos liquidez, complicando la economía real.
Desde Banco Comafi, se afirmó que el equipo económico se compromete a esterilizar el exceso de liquidez no justificado. Sin embargo, la falta de claridad sobre los objetivos de política monetaria deja el sesgo restrictivo atado a la dinámica del tipo de cambio y los precios. Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Equilibra, destacó que el plan es contener el tipo de cambio y la inflación antes de las elecciones, aunque el Tesoro enfrenta tasas crecientes que podrían complicar su situación financiera.
Ricardo Delgado, director de Analytica, subrayó que el Gobierno busca que la inflación comience con un 1 en septiembre y octubre, manteniendo el dólar oficial estable. Sin embargo, consideró que la eliminación de las LEFI fue un error que resultó en un apretón monetario. Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, describió el programa como pragmático, pero condicionado por decisiones que están desequilibrando el corto plazo. Tras las elecciones, será necesario recalibrar el plan para lograr un tipo de cambio equilibrado y un financiamiento sostenible.