Por: Carlos Humberto Gómez*
IG: @chgomezc
He visto con preocupación el uso cada vez mayor de los vehículos de movilidad personal urbana. Como observador de nuestras calles y testigo de la evolución de nuestra subregión, he notado cómo patinetas, scooters y bicicletas eléctricas se han convertido en una parte innegable de nuestro paisaje urbano del Orente antioqueño. Esta creciente presencia, si bien es una señal de una movilidad más eficiente y sostenible, también ha traído consigo una alarmante mezcla de desinformación, mitos y, lo que es más grave, prácticas inseguras que ponen en riesgo la vida de todos en la vía.
A diario, soy testigo de usuarios que circulan a alta velocidad, invaden aceras y andenes, se mueven en contravía, o incluso transportan a más de una persona, ignorando p