La carrera electoral hacia las elecciones de 2026 en Perú aún no ha comenzado oficialmente, pero ya se vislumbran serias dificultades para varios partidos políticos. Una reciente encuesta de Ipsos, publicada en Perú 21, revela que muchos de estos partidos enfrentan un alto nivel de rechazo entre los ciudadanos.

El Partido Aprista Peruano encabeza la lista de los más rechazados, con un 47 % de los encuestados afirmando que "definitivamente no votaría por él". Le siguen Fuerza Popular con un 45 %, Perú Libre con un 42 % y Alianza Para el Progreso con un 40 %. Es notable que el Partido Aprista, que no tiene representación en el Congreso actual, lidere este ranking de desaprobación.

Otros partidos como Renovación Popular (34 %), Somos Perú (33 %), Avanza País (32 %), Juntos por el Perú (32 %) y Podemos Perú (31 %) también presentan altos niveles de rechazo, aunque en menor medida.

La encuesta también incluye a nuevos partidos que participarán en las elecciones de 2026, como Ahora Nación y País Para Todos. A pesar de que solo un 23 % y un 29 % de los ciudadanos afirman que definitivamente no votarían por ellos, estos partidos son poco conocidos. Un 56 % de los votantes no conoce a Ahora Nación, mientras que el 50 % no tiene información sobre País Para Todos.

Además, el estudio revela que un 51 % de los peruanos aún no ha definido su voto. De este porcentaje, un 13 % no sabe por quién votar y un 38 % prefiere el voto en blanco, viciado o no votar en absoluto. En el interior del país, la opción de no votar por ningún candidato es la más popular, alcanzando un 44 %. En Lima, el voto en blanco o viciado se sitúa en un 25 %.

A pesar de la incertidumbre, algunos posibles candidatos ya se perfilan. El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, lidera las preferencias con un 10 %. Keiko Fujimori ha visto una ligera disminución en su intención de voto, pasando del 9 % en julio al 8 % en agosto. Carlos Álvarez, el cómico, se mantiene en tercer lugar con un 6 %.

La situación política en Perú se presenta compleja, con un panorama electoral incierto y un alto nivel de rechazo hacia los partidos tradicionales.