El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se pronunció sobre los recientes resultados electorales en Bolivia, donde los movimientos de izquierda han perdido el poder ante la derecha extrema. Maduro afirmó que “Bolivia retomará su camino más temprano que tarde”, refiriéndose a la búsqueda de igualdad y prosperidad que caracterizó al movimiento popular en el país andino. Además, destacó que el pueblo boliviano puede contar con el apoyo de Venezuela en su lucha por la soberanía.

Por su parte, Diosdado Cabello, secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), lamentó la derrota de la izquierda en Bolivia. Expresó su tristeza por la falta de unidad entre los líderes del Movimiento Al Socialismo (MAS) y advirtió sobre las consecuencias de la llegada de la derecha al gobierno. "No es justo lo que hicieron con Bolivia", dijo Cabello, quien también comparó la situación boliviana con los desafíos que enfrenta el proceso revolucionario en Venezuela.

En el contexto electoral, el senador Rodrigo Paz ha sorprendido al obtener el primer lugar en la primera vuelta de las elecciones, enfrentándose al expresidente Tuto Quiroga en una segunda vuelta programada para el 19 de octubre. Paz, economista de 57 años, logró un 32,1% de los votos, mientras que Quiroga obtuvo un 26,8%. Ambos candidatos han capitalizado el descontento del electorado hacia el MAS, que ha sido criticado por la crisis económica que enfrenta el país.

Rodrigo Paz, hijo del exmandatario Jaime Paz Zamora, prometió un cambio en la economía boliviana, con propuestas de créditos accesibles y reformas tributarias. En su discurso, destacó la voluntad del pueblo boliviano de buscar un nuevo destino. Por otro lado, Tuto Quiroga, quien ha tenido una larga trayectoria política, se comprometió a abrir mercados y atraer inversiones, prometiendo un "cambio sísmico" en la economía del país.

La jornada electoral ha evidenciado el descontento con la izquierda, que ha visto cómo su apoyo se ha desvanecido. El candidato del MAS, Eduardo del Castillo, solo logró un 3,1% de los votos, lo que refleja la crisis de liderazgo y organización dentro del partido.

Ambos candidatos de la derecha deberán enfrentar un congreso fragmentado, lo que complicará la implementación de sus políticas. El próximo presidente enfrentará el desafío de cumplir con las promesas de recortes de gastos, en un contexto donde la población está acostumbrada a recibir subsidios y programas asistenciales. La situación en Bolivia se presenta como un momento crucial que podría definir el rumbo del país en los próximos años.