En medio de protestas en varias ciudades de España, la situación del turismo masivo en Europa ha alcanzado un punto crítico. Recientemente, manifestantes interrumpieron una boda de un multimillonario en Venecia y el personal del Louvre cerró el museo en respuesta al exceso de visitantes. Noel Josephides, presidente de Sunvil, un operador turístico británico, ha estado advirtiendo sobre esta crisis desde hace años. “Pude haber dicho que eso sucedería hace 10 años”, afirma. “Dije: ‘Esto se va a descontrolar’”.

Josephides, quien también fue presidente de ABTA y AITO, ha observado cómo la expansión de las aerolíneas de bajo costo y el aumento de los alquileres temporales han creado una nueva era de turismo económico. A pesar de ser un operador turístico que compite con estas tendencias, se muestra solidario con los manifestantes. “La población local tiene toda la razón. Está fuera de control. Estoy del lado de los manifestantes, aunque afecte a mi negocio”, señala.

La situación actual contrasta con el verano de 2020, cuando las calles de ciudades como Barcelona estaban vacías debido a la pandemia. Durante ese tiempo, muchos destinos prometieron reinventar el turismo, pero tras el levantamiento de las restricciones, el turismo de masas ha regresado con fuerza. Maite Domingo Alegre, residente de Barcelona, expresa su frustración: “El turismo ha traído tanto ruido que es increíble”.

Domingo Alegre, profesora en la Universitat Pompeu Fabra, destaca que el turismo ya no es estacional, sino que ocurre durante todo el año, superando en número a los residentes. “La mayoría de las tiendas están dirigidas a los turistas. Los precios han subido. Airbnb expulsó a muchos residentes”, añade.

En Venecia, la situación es similar. El músico local Ornello, conocido como Alessio Centenaro, se siente como un extraño en su propia ciudad. “A veces, cuando estás rodeado de turistas, sientes que tú eres el extranjero”, comenta. La población de Venecia ha disminuido drásticamente, y muchos residentes se preguntan qué sucederá en el futuro.

Josephides ha observado un patrón en el turismo: los destinos pasan de ser encantadores a estar saturados. Un operador turístico identifica un lugar poco visitado, lo promociona y, tras un aumento en el número de visitantes, las aerolíneas de bajo costo comienzan a operar allí, lo que lleva a un turismo masivo.

Este ciclo se repite, y Josephides advierte que la isla griega de Samos podría ser el próximo destino en experimentar este fenómeno. “El año que viene, TUI tiene vuelos programados. Así que espera a ver cómo llegan Ryanair y easyJet”, dice.

El portavoz de Airbnb defendió la plataforma, afirmando que ofrece una forma diferente de viajar que distribuye mejor a los huéspedes. Sin embargo, la preocupación por el impacto del turismo masivo en las comunidades locales sigue creciendo, y las protestas en Europa son un claro reflejo de este descontento.