El presidente Donald Trump sorprendió al público al reemplazar la prometida patrulla por las calles de Washington D.C. con un gesto mucho más simbólico: repartió hamburguesas, preparadas en la cocina de la Casa Blanca, y pizzas compradas en una cadena italiana a los agentes de la Park Police que se encontraban en labores de seguridad en la ciudad. Lo que había anunciado como una intervención directa en el terreno se transformó así en un acto similar a un pícnic, cargado de simbolismo más que de acción concreta.

Ayer por la tarde, durante su visita a la sede de la Policía de Parques en Anacostia, un suburbio al sureste de la Casa Blanca, Trump defendió la movilización de la Guardia Nacional en la capital y dejó entrever que podría replicar la medida en otras ciudades, especialmente aque

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