Los mensajes de WhatsApps del fentanilo contaminado, un escándalo que le costó la vida a 96 pacientes, parecen haber revelado otra arista oscura en el detrás de escena de los laboratorios Ramallo SA y HLB Pharma Group SA. El juez Ernesto Kreplak y la fiscal Laura Roteta calificaron el material como "explosivo" y lo utilizaron como prueba clave para imputar a diez detenidos, incluido el empresario Ariel García Furfaro.

La investigación judicial desenterró un entramado de ocultamiento, improvisación y manipulación en la producción de medicamentos. Los chats obtenidos de los teléfonos de los acusados demuestran para la Justicia que, lejos de seguir protocolos, el personal era alertado de antemano sobre las inspecciones de la ANMAT e INAME. Esto les permitía simular condiciones normales en la

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