El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha restringido el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania, impidiendo que ataque objetivos en territorio ruso. Esta medida, adoptada desde finales de la primavera, busca facilitar un acercamiento con Moscú y abrir un canal de negociación para poner fin a la guerra, según un informe exclusivo de The Wall Street Journal.
El Pentágono ha establecido un "mecanismo de revisión" que requiere que las fuerzas ucranianas soliciten autorización para utilizar los sistemas de misiles tácticos ATACMS, que tienen un alcance de aproximadamente 300 kilómetros. Esta decisión afecta tanto a los misiles fabricados en Estados Unidos como a aquellos suministrados por aliados europeos que dependen de tecnología e inteligencia estadounidense. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, tiene la última palabra sobre el uso de estos misiles.
La restricción ha limitado considerablemente la capacidad ofensiva de Ucrania frente a Rusia. Mientras tanto, el presidente Donald Trump ha criticado a su predecesor, Joe Biden, por frenar la capacidad de ataque de Kiev. En un mensaje en su red social Truth Social, Trump afirmó: "Es muy difícil, si no imposible, ganar una guerra sin atacar a un país invasor. Es como un gran equipo deportivo que tiene una defensa fantástica, pero no se le permite atacar. ¡No hay posibilidad de ganar!".
A pesar de las críticas, la estrategia del Pentágono parece estar dando resultados. El 15 de agosto, Trump se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin, en un intento por trazar un camino hacia un acuerdo de paz duradero con Ucrania. También se reunió con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y varios líderes europeos, a quienes ha instado a trabajar en una futura cumbre bilateral.
Sin embargo, esta política ha generado controversia. La limitación del uso de misiles por parte de Ucrania ha dejado al país en una posición de dependencia estratégica respecto a las decisiones de Washington, lo que plantea un dilema en su lucha contra la invasión rusa.