En el corazón de la cuenca del río Asón , en el sector oriental de Cantabria , se encuentra el pintoresco pueblo de Rasines , conocido por su impresionante galería subterránea de unos 60 kilómetros , considerada “una de las redes de galerías más extensas de Europa”. Este enclave, habitado desde el Paleolítico , combina un rico patrimonio histórico, arquitectónico y natural que lo convierte en un destino imprescindible para los amantes del turismo cultural y activo.

Un tesoro bajo tierra

El Sistema Red del Silencio , como se denomina a la red de galerías subterráneas, alcanza hasta 447 metros de desnivel y cuenta con cinco entradas , algunas de ellas situadas en territorio vasco. Entre estas destacan la Torca de los Caballos , la Cueva del Escobal , el Tocar del Hoyu Hondo , la Torca de La Canal y la Torca de La Seguía , la más alta del sistema. El interior del laberinto es un espectáculo de formaciones calcáreas, simas y ríos subterráneos , un verdadero desafío para los espeleólogos, ya que actualmente no está acondicionado para visitas turísticas.

Historia y patrimonio

Rasines no solo es famoso por su geología. Durante la Edad Media , formó parte del Camino Real que unía Laredo con Burgos , recorrido por personajes históricos como Isabel la Católica y Carlos V . Además, fue cuna de renombrados canteros , como Juan Gil de Hontañón y sus hijos, quienes intervinieron en importantes obras del Renacimiento hispano . Entre los palacios destacados del pueblo se encuentran la Casa Largacha-Calzada , la Casa de Jobonera y la Casa de Martínez , con su característica portalada y molduras barrocas .

El patrimonio religioso también es sobresaliente. La iglesia de San Andrés , del siglo XVII y declarada Bien de Interés Cultural , presenta planta de cruz latina, ábside rectangular y torre central , mientras que la Torre de El Jaral y la plaza de toros cuadrada completan el recorrido arquitectónico.

Naturaleza y turismo activo

El entorno natural es otro de los grandes atractivos de Rasines. La Cueva del Valle , conocida como “la Viejarrona”, fue refugio de cazadores-recolectores durante más de 8.000 años y alberga restos magdalenienses expuestos en el Museo de la Prehistoria de Santander . En sus alrededores, el Parque Paleolítico ofrece paneles educativos sobre fauna, vegetación y formas de vida prehistóricas, complementados con una figura de mamut a escala natural .

Rasines invita a practicar actividades como senderismo, bicicleta de montaña, pesca en río y espeleología , además de disfrutar de la tranquilidad de sus núcleos rurales , con apenas 950 habitantes , y del aire puro de sus valles y bosques.