Karina Milei llegó a Villa Celina, La Matanza, exultante, con una sonrisa. Sonaba Callejeros y el club Social Oasis, en el corazón boliviano de la “pequeña La Paz”, había quedado chico. Ocho mil fiscales adentro y mil afuera.

El lugar elegido había sido otro, pero una típica maniobra del intendente peronista Fernando Espinoza dejó afuera, a último momento, al Club Santiagueño. “Hubo gente que no pudo entrar porque Espinoza nos bajó el club que teníamos 48 horas antes. Los apretó”, se queja un candidato libertario.

El acto permaneció en secreto mientras Javier Milei ensayaba una salida al escándalo de los audios en los que supuestamente el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Darío Spagnuolo, habla de sobornos e involucra a la secretaria general de la Preside

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