Ángel Di María está en la historia gloriosa de la selección argentina. Anotó los goles más importantes de la albiceleste de los últimos años y se convirtió en un ejemplo de perseverancia y resiliencia ante las máximas dificultades que puede enfrentar un jugador, como las críticas despiadadas y las lesiones en momentos determinantes.
Pero el pibe que iba a entrenar en bicicleta a Central llevado por su mamá en una sillita nunca dejó de pedalear.
Así ganó con la selección mayor dos copas América y el Mundial de Qatar 2022. Y este sábado se convirtió en el primer jugador de la historia de Central en jugar un clásico siendo vigente monarca mundial.
Durante el partido no logró desequilibrar aunque nunca dejó de intentar. Y cuando Darío Herrera cobró la falta lejos del arco leproso sólo él