Colombia vive momentos de conmoción tras dos graves ataques atribuidos a disidencias de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia): un atentado con explosivos contra una base militar en Cali, Valle del Cauca, y el derribo de un helicóptero en el municipio de Amalfi, en el nordeste del departamento de Antioquia, ocurridos el jueves 22 de agosto.
Los hechos en Cali fueron calificados por la prensa local como los “peores ataques terroristas” desde 2019, cuando la guerrilla ELN protagonizó un atentado con carro bomba contra la escuela policial General Santander, en el sur de Bogotá, dejando 21 muertos.
Al menos 19 personas murieron y 65 resultaron heridas en total hasta ahora en los sucesos de Cali y Amalfi.
El presidente Gustavo Petro describió lo sucedido como “un día de muert