Ante los más de 130.000 desaparecidos en México, la escritora Alma Delia Murillo denuncia con ‘Raíz que no desaparece’ la “necropolítica de los partidos” y la “deshumanización del exterminio”. Su libro rompe la frialdad de las cifras al dar voz a los sueños de las madres buscadoras, un recurso que las fiscalías suelen despreciar al encasillarlas únicamente como “víctimas”.

“La palabra ‘víctima’ ya no alcanza y deshumaniza(...) porque los partidos políticos y los gobiernos toman esa palabra y la convierten en Comisión de Víctimas”, afirma la mexicana, en alusión a la “perversa” institucionalización de la violencia, mediante la cual además se espera que las víctimas se comporten de cierta manera: que sean “puras y perfectas”.

Para Murillo, este país -tapizado en un 75 % con fosas cl

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