Una grave amenaza se cierne sobre el alcalde de Cali, Alejandro Eder, y la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro. Según información revelada por SEMANA, las disidencias de las Farc han diseñado un plan para atentar contra sus vidas. Esta noticia ha generado una ola de rechazo en el país y ha llevado al Gobierno nacional a reforzar la seguridad de ambos políticos.
La estructura criminal conocida como Jaime Martínez había enviado a su comisión urbana para seguir de cerca a Eder y Toro. En un operativo del bloque de búsqueda, se encontraron documentos y fotografías que indicaban que el ataque estaba a punto de llevarse a cabo. Una fuente cercana al proceso confirmó que la acción terrorista estaba inminente.
Tras la revelación, diversos sectores políticos han expresado su rechazo. La Procuraduría General de la Nación, a través de Gregorio Eljach, condenó cualquier intento de grupos ilegales de atentar contra los líderes. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, también mostró su preocupación, afirmando que "las amenazas se nos están volviendo paisaje" y urgió al Gobierno a reforzar la seguridad de los mandatarios locales.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, advirtió que Colombia está regresando a épocas de violencia. Criticó al Gobierno de Gustavo Petro, señalando que ha protegido a las disidencias de las Farc y otras estructuras criminales. Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Julián López, enfatizó que "la democracia no puede ceder ante la violencia" y ofreció su respaldo a Eder y Toro.
El precandidato presidencial, Mauricio Lizcano, también repudió las amenazas, exigiendo al Gobierno que actúe con contundencia. Daniel Palacios, otro aspirante a la presidencia, expresó su preocupación por la seguridad de los colombianos, sugiriendo que solo pueden contar con Dios para su protección.
Finalmente, el gobernador de Santander, Juvenal Díaz Mateus, alertó sobre el crecimiento de las estructuras ilegales, señalando que las amenazas a los mandatarios regionales son un síntoma alarmante del empoderamiento del crimen en el país. La situación ha llevado a que se reajusten los esquemas de seguridad no solo para Eder y Toro, sino también para otros líderes políticos en el país.