Se podría reflexionar en profundidad sobre cómo, al mismo tiempo que el Congreso aprueba una reforma de su Reglamento para imponer un mínimo de cortesía parlamentaria a los periodistas, distintos políticos, y destacadamente un ministro del Gobierno de España, condicionan el tono chabacano de la conversación pública en torno a una catástrofe, impidiendo así una rendición de cuentas, reflexiva y democrática, y la propia integración de la ciudadanía para afrontar una cuestión que afecta la médula de sus intereses. Ésta era la intención, en un principio, de mi última columna vacacional, hasta que pensando sobre el origen etimológico del término “cortes” y tras la confesión del amigo Daniel Gascón sobre su predilección, compartida con Félix Romeo, por el cantante Paolo Conte, me vino a la mente
‘Sprezzatura’

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