El pasado 18 de febrero, el Ministerio de Trabajo y Economía Social envió al de Asuntos Exteriores un oficio en el que ordenaba «la paralización de forma inmediata» de las actividades dentro del Consulado General de España en Mendoza (Argentina). Las «patologías significativas existentes» en varios muros del edificio, que no habían sido resueltas a lo largo de los años, recomendaban su cierre para evitar males mayores (literalmente, «el colapso de dichos muros»).

Este es solo un ejemplo de la decadencia de la red consular española que, según viene denunciando reiteradamente la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), está al borde de la ruina. No solo de algunos de sus edificios, el deterioro también se refiere a la dotación de efectivos y de recursos. Tal y como resume a LA RAZÓN el

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