La política mexiquense, como el tiempo, no se detiene: cambia rostros, intercambia piezas, conserva inercias. Los viejos poderes económicos sobreviven en las sombras, los gobiernos municipales se desgastan, el transporte se colapsa y hasta la inteligencia extranjera sobrevuela nuestras montañas. Preguntarse quién manda, quién decide y quién se beneficia es un ejercicio urgente. Porque en un Estado donde la riqueza convive con la desigualdad y el poder con la impunidad, las certezas son pocas y las dudas… malditas.
Los amos invisibles del caos
a) ¿Quiénes son, en realidad, los dueños del transporte público en Toluca, esos concesionarios que desde hace décadas mueven millones de pasajeros y millones de pesos sin ofrecer un sistema digno, ordenado ni moderno?
b) ¿Por qué, tras más de 50 añ