Las amenazas del gobierno de Donald Trump detonaron un combate más frontal a la delincuencia organizada por parte del gobierno mexicano. El resultado: decomisos y detenciones de líderes criminales.

Lidia Arista

La estrategia de “abrazos no balazos” quedó en el pasado. La presión del gobierno de Donald Trump a México para contener a los cárteles y frenar el trasiego de drogas a Estados Unidos provocó un marcado viraje en la política de seguridad púbica del gobierno federal.

Mientras que en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se dejaron de lado los "golpes" al crimen, ahora la presidenta Claudia Sheinbaum tiene cifras récord en varios rubros, por ejemplo, en el decomiso de fentanilo, la recuperación de combustible robado y la detención de presuntos criminales vinculados a organ

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