El mapa en la actualidad goza del mayor uso social de la historia. Ya no dibujamos mapas, pero nos movemos cada día entregando información cartográfica que surge de nuestros celulares. Cada movimiento nuestro es conocido por el algoritmo que sabe dónde estamos, qué consumimos y qué tenemos ganas de consumir. Vivimos en un silencioso mapa digital que dibujamos involuntariamente cada día.
Los mapas, desde la más lejana antigüedad hasta la actualidad, mostraron gráficamente los territorios dominados -o con pretensiones de dominar- por parte de un pueblo a otro. Los primeros mapas grabados en piedra difieren mucho de las actuales digitalizaciones de Google Maps, pero los dos tienen algo en común: son una expresión política e ideológica de dominio .
El mapa escolar de Argentina y el de Río