Durante su informe, el jefe de Gabinete gambeteó con habilidad maradoneana las preguntas sobre la responsabilidades de Karina Milei en la causa de las coimas.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, debió salir con chaleco antibalas y armadura de amianto al recinto de la Cámara de Diputados para repeler el arsenal de críticas y chicanas que recibió de parte de la oposición durante su informe sobre la marcha del Gobierno, en medio de las graves denuncias por presunta corrupción que comprometen a altos funcionarios, entre ellos Karina Milei.

Desde el principio, los diputados de la izquierda chicanearon a Francos recreando el número tres con los dedos en alto, en alusión al porcentaje de coimas que de acuerdo al relato del ex titular de ANDIS, Diego Spagnuolo, se quedaba la secretaria gener

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