En política, los números nunca hablan solos. Y cuando nos aproximamos al primer informe y primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum, es un buen momento para hacer un corte de caja y revisar la numeralia, particularmente en el tema de la aprobación presidencial, que no es otra cosa que la medición del pulso, de la percepción que tienen y han tenido los ciudadanos respecto al quehacer de la y los mandatarios.
Repasemos: según Consulta Mitofsky, Andrés Manuel López Obrador terminó su sexenio con un 61% de aprobación en septiembre de 2024. Alto, incluso histórico si se compara con Enrique Peña Nieto (24%) o con Felipe Calderón (53%). Pero si nos vamos un poco más atrás, la popularidad de AMLO resulta un poco menos extraordinaria: Vicente Fox cerró su gobierno con 58%.
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