El gobierno de Salomón Jara ha desvirtuado a la Policía Vial Estatal, transformándola en un instrumento de espionaje contra los ciudadanos. Lejos de proteger la seguridad vial, los agentes graban a ciudadanos para fabricar escándalos mediáticos, violando derechos humanos y manipulando la ley con fines políticos.

Los puestos de control del alcoholímetro, diseñados para prevenir accidentes, son ahora escenarios de vigilancia política. Cada detención se convierte en una cacería de imágenes, donde los agentes clasifican objetivos y recopilan material para linchar mediáticamente a quienes desafían el poder del gobernador y sus aliados.

El caso de Nathaly Chávez García, senadora suplente de Morena, expone esta maquinaria perversa. Grabada en un control vial sin ser la conductora, fue exhibida

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