El presidente ruso, Vladimir Putin, aterrizó en China para asistir junto a otra veintena de líderes mundiales a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) convocada por su homólogo Xi Jinping.

El bloque, presentado a menudo como un contrapeso de la OTAN, representa a casi la mitad de la población mundial y una parte importante del PIB global.

La cita se celebrará en la ciudad portuaria de Tianjin, en el norte de China, unos días antes de un gran desfile militar en la capital, Pekín, para conmemorar los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.

La Organización está integrada por China, India, Rusia, Pakistán, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y Bielorrusia, con otros 16 países afiliados como observadores o “socios de diálogo”.

En una entrevista

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