El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, provocó el escarnio del mundo con su anuncio la semana pasada de que Washington prohibía a funcionarios de la Autoridad Palestina entrar en el país para asistir a la reunión de este mes de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. La medida provocó la previsible indignación de los críticos del presidente Donald Trump por no seguir las reglas de comportamiento internacional que ha establecido el establishment de la política exterior. También es objeto de un debate más serio sobre si la decisión viola el Acuerdo de 1947 sobre la Sede de las Naciones Unidas , ya que ese acuerdo fue aprobado por el Senado estadounidense como tratado y, por tanto, tiene fuerza de ley.
Pero la revocación de los visados al líder de la AP, Mahmud Abba