Woody Allen ha dicho que Donald Trump es un buen actor, como comprobó durante el rodaje de Celebrity en 1998, así que le encantaría que apareciera en su próxima película. Si acepta, Allen podría recordarle entre secuencia y secuencia, con complicidad propia de colega neoyorquino, algo que el cineasta declaró en una ocasión: “Mi forma de bromear es decir la verdad, no hay broma más divertida”.
A Trump le cuesta distinguir la verdad de la mentira. Es más, encuentra mucho más sugerente la mentira porque obliga a quien la inventa a ser más creativo y sobre todo muy convincente. Pero además, al presidente le encanta hacer bromas en medio de sus discursos.
La última vez fue hace apenas unas horas, cuando la prensa le preguntó sobre el incidente en el avión de Ursula von der Leyen, quien sufr