La elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional ha dejado importantes lecciones para el gobierno del presidente Gustavo Petro. Desde Japón, donde se encuentra en una visita diplomática, Petro expresó su descontento con el resultado. A pesar de intentar distanciarse de sus intereses en la elección, su influencia fue evidente, especialmente a través del lobby realizado por el ministro del Interior, Armando Benedetti.

Carlos Camargo obtuvo 62 votos, superando a Patricia Balanta, la candidata apoyada por el petrismo, quien logró 41. Petro comentó en redes sociales: “Lo que me jugaba no era mi último año de gobierno, sino que era la sociedad la que se jugaba los próximos 8 años; nos jugábamos si avanzamos a una democracia plena o nos devolvemos a los años del crimen desde el estado y la impunidad: la gobernanza paramilitar.”

La derrota política ha llevado al presidente a reestructurar su equipo de colaboradores, un ajuste de cuentas a menos de un año de finalizar su mandato. Esta reestructuración fue anunciada por Petro, quien condicionó la coalición de Gobierno a los resultados de la elección del nuevo magistrado, que reemplazará a José Fernando Reyes.

El triunfo de Camargo y la derrota de la izquierda generaron diversas reacciones. La congresista de la Alianza Verde, Catherine Juvinao, quien votó por Petro pero se distanció del Gobierno hace más de dos años, comentó: “La pataleta de ahogado del petrismo a lo mejor les sirve de escarmiento. Quienes se venden como ‘cambio’ y al final juegan a la corrupción en el lodazal que siempre criticaron, merecen quedarse sin el poder y sin el cambio.”

Juvinao también criticó a Petro, afirmando que “decidió jugar a la corrupción del Congreso después de criticarla 30 años: traicionó sus promesas, principios y a su electorado.” Además, instó al presidente a reflexionar sobre su situación: “Ojalá, todos los corruptos con los que han jugado durante tres años, los dejen tirados. Se lo merecen: eso les pasa por traicionar los principios que les confió su electorado.”

El Gobierno había considerado casi asegurado el triunfo de Patricia Balanta, basándose en cálculos que incluían el apoyo de divisiones en la Alianza Verde, el Partido Conservador, el Liberal y la U. Sin embargo, esos respaldos no fueron suficientes, y la oposición e independencia se impusieron con Carlos Camargo. En el seno de la izquierda, se están analizando los votos, y no se descarta que algunos congresistas del Pacto Histórico hayan contribuido a la derrota del petrismo en esta elección.