
La intención de la Administración Trump de poner fin a los programas de asistencia en materia de seguridad para Europa ha sido minimizada por la Comisión Europea. Aunque algunos jefes de gobiernos europeos han mostrado su preocupación por la eliminación de una ayuda militar que incluye el reforzamiento del flanco oriental del continente contra un posible ataque de Rusia, los portavoces de la institución en Bruselas han quitado hierro al asunto asegurando este viernes que “a medida que ayudamos a reforzar la defensa de Ucrania, también vamos a asumir una mayor responsabilidad por nuestra propia defensa”.
“Esta es también la lógica que subyace en el plan industrial de defensa de 800.000 millones de euros , que permite producir las capacidades críticas que Europa más necesita, desde sistemas de defensa aérea y antimisiles hasta drones y ciberdefensa. Vamos a incrementar nuestra propia resiliencia en materia de defensa mediante el fortalecimiento de nuestras propias capacidades militares”, han añadido un portavoz de la Comisión Europea.
En un comunicado enviado a The Washington Post, la Casa Blanca afirmó que su decisión de recortar los varios cientos de millones que supones esta ayuda en materia de seguridad se había “coordinado” con los europeos y era coherente con la orden ejecutiva de Trump de reevaluar la ayuda exterior estadounidense y con su “insistencia en garantizar que Europa asuma una mayor responsabilidad en su propia defensa”.
Aunque no está claro si en Bruselas eran conocedores del recorte estadounidense, sí que admiten que “se están tomando medidas para aumentar el gasto europeo en defensa precisamente para poder hacer frente a desafíos como este”.
El propósito de Trump se conoció este miércoles, el mismo día que los líderes europeos reunidos en París se comprometían a poner en territorio ucraniano una posible fuerza militar como parte de “garantías de seguridad” para evitar futuros ataques de Rusia. “Tenemos capacidad para aportar los medios para la renovación del Ejército ucraniano para que pueda resistir a cualquier nuevo ataque, pero también de disuadir a Rusia de cualquier nueva agresión”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la reunión de la conocida como “coalición de dispuestos”. Trump se unió a la reunión por teléfono, pero no dio una indicación clara de su participación en esa posible misión, que el Kremlin rechaza, aunque ya descartó que pudieran participar tropas estadounidenses.
Para despejar cualquier duda de la posición beligerante de Rusia, el presidente Vladimir Putin avisó este viernes que cualquier despliegue de tropas occidentales en Ucrania podría provocar una respuesta militar rusa. “En cuanto al posible despliegue de contingentes militares en Ucrania, esta es una de las causas fundamentales por las que Ucrania se ha visto arrastrada a la OTAN. Por lo tanto, si aparecen tropas allí, especialmente ahora, en medio de las hostilidades en curso, las consideraremos objetivos legítimos para los ataques”, declaró el líder ruso.
También esta misma semana la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, terminó una gira por siete países, conocidos como “Estados de primera línea” (Finlandia, Letonia, Estonia, Polonia, Lituania, Rumanía y Bulgaria), en el que ha buscado consolidar el apoyo de la UE contra una posible agresión rusa y conocer cuáles son las necesidades militares y de defensa de estos estados de la UE.
Entre los fondos de EEUU que se suspenderán se encuentra la Iniciativa de Seguridad del Báltico, centrado en Estonia, Letonia y Lituania, con fondos para infraestructura militar y entrenamiento. Dentro de la OTAN, estos tres países bálticos son los que más gastan de su PIB en defensa, pero tienen economías relativamente pequeñas, por lo que la financiación estadounidense es muy importante para ellos.
Aunque en teoría el final de los fondos dedicados a la defensa de Europa no supondría la retirada de tropas, el presidente de Estonia, Alar Karis, comentó a Politico que los paises europeos fronterizos con Rusia deberían prepararse para la posibilidad de que Washington reduzca el número de soldados en suelo europeo. “La presencia de tropas estadounidenses, no solo en Estonia, sino en toda Europa, es crucial y es importante para Estados Unidos y para Europa. Pero tenemos que estar preparados para cualquier escenario. Una reducción de efectivos por parte del miembro más importante de la OTAN [EEUU] significa que Europa debe reforzar su propia capacidad”.
Un portavoz de la OTAN aseguró a elDiario.es que “no hay indicios, sino más bien lo contrario” de que la alianza militar occidental vaya a rebajar la cooperación militar con los países que ahora podrían perder la ayuda de los Estados Unidos. Esta misma semana el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, tuvo sendas reuniones con el primer ministro de Chequia, Petr Fiala, y el presidente de Estonia en las que insistió en el objetivo de conseguir que los países europeos inviertan el 5% del PIB anual en defensa. “Tenemos una ventaja real en nuestra unidad y en la Alianza de la OTAN. No se trata solo de Europa, sino de Europa y Norteamérica juntas. Los 32 países de la OTAN estamos unidos en nuestro compromiso con la defensa colectiva”, comentó Rutte en Praga.