Si a principios de año el Gobierno planteaba escenarios de “mínima” y “máxima” para llegar a las elecciones de medio término, el panorama actual perforó hasta las hipótesis más pesimistas.

Lo hace envuelto en denuncias de corrupción no aclaradas, con una serie de derrotas legislativas que laceran su gobernabilidad, y una economía estancada a la que tuvieron que ponerle el tubo de oxígeno para que el precio del dólar no termine de hacer explotar la inflación, cuyo control es el principal activo del oficialismo.

Para más, el final de esta “campaña preliminar” de cara a las elecciones legislativas del domingo en la provincia de Buenos Aires, obligó al presidente, Javier Milei a volverse a las corridas de un viaje relámpago a Estados Unidos. La idea era que en medio de la veda electoral, Mil

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