
Las manos buscan el teléfono antes incluso de abrir los ojos. La pantalla iluminada se convierte en el primer gesto de la jornada, con notificaciones, mensajes y recordatorios que atrapan de inmediato la atención. Esa dependencia provoca que los móviles se hayan transformado en la herramienta que articula desde la comunicación hasta el ocio, pasando por el trabajo .
Resulta complejo imaginar la vida cotidiana sin ese dispositivo, aunque Elon Musk ha pronosticado que pronto quedarán obsoletos gracias a los implantes cerebrales de Neuralink .
El magnate sudafricano explicó que su objetivo es crear una tecnología que permita interactuar con sistemas digitales sin recurrir a dispositivos externos. Musk afirmó en la red social X que “en el futuro, no habrá teléfonos, solo Neuralinks”. Según señaló, las pantallas y los teclados ralentizan la comunicación, mientras que un implante neuronal eliminaría esa barrera y permitiría ejecutar órdenes con un simple pensamiento .
El planteamiento se apoya en un chip de 23 milímetros de diámetro y 8 de grosor que se implanta en regiones concretas del cerebro mediante un robot especializado. Este dispositivo contiene 1.024 electrodos conectados a hilos ultrafinos que captan señales neuronales y las transforman en comandos digitales. Una vez instalado, la información viaja de forma inalámbrica para controlar ordenadores y otros aparatos externos.
Un joven cuadripléjico logra controlar un ordenador tras el primer ensayo en humanos
El gran salto se produjo en enero de 2024, cuando Neuralink anunció el primer implante en una persona. El paciente fue Noland Arbaugh , un joven estadounidense que quedó cuadripléjico tras un accidente de tráfico en 2016. Tras la operación, consiguió manejar un ordenador solo con sus pensamientos , lo que le permitió realizar desde tareas simples como navegar por internet hasta actividades más complejas como jugar a videojuegos.
El propio Arbaugh detalló a la agencia Reuters que su vida cambió de manera drástica tras el ensayo. En sus palabras, “antes pasaba los días dormido y las noches despierto, no tenía metas ni sentido”.
Más adelante explicó que su decisión de participar no respondía únicamente a un beneficio personal, ya que también quería contribuir al avance de la investigación . Según añadió, “aunque algo saliera mal, sabía que mi participación podía ayudar a otros en el futuro”.
Sin embargo, las primeras dificultades no tardaron en aparecer. Neuralink informó que cerca del 85% de los electrodos del implante de Arbaugh se desprendieron del lugar donde deberían permanecer fijos . Ese desplazamiento redujo considerablemente la capacidad del dispositivo para captar señales y trasladarlas de forma estable al sistema digital. La hipótesis inicial apunta a que el tejido cerebral cicatrizó con mayor lentitud de la prevista , lo que favoreció el movimiento de los hilos implantados.
El paciente reconoció que esa pérdida de autonomía resultó frustrante , aunque se mostró dispuesto a seguir en el programa. Arbaugh señaló que “sabía que si todo salía bien, podía ayudar siendo participante de Neuralink. Si ocurría algo terrible, aprenderían de ello”. En esa misma línea adelantó que mantendrá su compromiso con la investigación y remarcó que “quería ayudar, aun si eso implicaba afrontar fracasos”.
Musk quiere extender los implantes al público general tras las primeras pruebas médicas
Neuralink ha realizado hasta la fecha cinco implantes en humanos , todos ellos bajo la supervisión de los comités de bioética que limitan las pruebas a personas con lesiones o discapacidades graves. Aun así, Musk sostiene que su ambición pasa por extender el uso de estos chips a la población genera l.
Para él, los teléfonos móviles solo representan un paso intermedio en la comunicación digital y los implantes neuronales deberían convertirse en el nuevo estándar.
El discurso de Musk se integra en una visión más amplia con la que ya ha transformado sectores como el de la automoción y la exploración espacial. Mientras Tesla impulsa el coche eléctrico y SpaceX compite por liderar los viajes más allá de la Tierra, Neuralink busca instalarse en un terreno todavía más íntimo como es el cerebro humano .
Que esa apuesta llegue a materializarse está por ver, pero la predicción de un mundo sin móviles, aunque parezca lejana e incluso imposible, ya va dando sus primeros pasos. Y quizá lo más irónico sea que Musk difundió esa idea en X, usando el mismo smartphone que pretende jubilar.