El más explícito fue el salteño Gustavo Sáenz , que expresó de manera descarnada los motivos por los cuales los gobernadores desconfían de participar de la mesa de diálogo que convocó la Casa Rosada, para recuperar oxígeno político después de la estruendosa derrota del domingo en la provincia de Buenos Aires. “No son leones, son palomas de iglesia, porque cagan a los fieles. A mí me cagaron con obras y me cagaron en lo electoral, con candidatos que me destrozan”, resumió.
Sáenz es apenas una voz de las muchas que se escucharon, en público y en privado, de gobernadores que desconfían de la convocatoria que difundió el vocero presidencial, Manuel Adorni. Entienden que después de más de un año de promesas incumplidas, no hay por ahora estímulos para acercarse a un oficialismo que está a la