El reciente escándalo del huachicol fiscal, derivado del decomiso de 10 millones de litros de diésel contenidos en un buque en el puerto de Altamira, Tamaulipas, el pasado mes de marzo, puso en evidencia la magnitud de este delito.

Hasta ahora se han girado más de 200 órdenes de aprehensión, de las cuales ya se ejecutaron más de una docena contra “peces gordos” que operaban tanto en la Secretaría de Marina como en la Aduana de ese puerto.

Antes del lopezobradorismo, existían bandas criminales que perforaban ductos de PEMEX para robar gasolina mediante válvulas instaladas directamente en la infraestructura. Lo que extraían lo almacenaban en lugares clandestinos, con el enorme riesgo que esto representaba para la población, y lo vendían en algunos tramos carreteros del país.

Con la llegad

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