El hundimiento de una lancha cargada con cocaína y la muerte de 11 tripulantes procedentes de Venezuela, interceptada por fuerzas estadounidenses en aguas internacionales del Caribe el pasado 1º de septiembre, no fue un hecho menor. Más allá de un golpe singular y táctico al narcotráfico, en una operación definida como un kinetic strike , marcó el inicio de una nueva fase en la estrategia de Washington hacia Venezuela y el Caribe. La orden ejecutiva firmada por Donald Trump habilitó interdicciones, operaciones de disuasión activa y ataques de precisión contra lo que ha definido como redes narcoterroristas. Con el Cartel de los Soles y el Tren de Aragua señalados como amenazas directas contra la seguridad nacional de los EE. UU., y con Nicolás Maduro oficialmente catalogado como enemigo e

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