La irrupción de Milei en la presidencia argentina sin duda representó un cambio en la escenografía mundial. Mientras los líderes de las distintas ultraderechas nunca podrían ocultar del todo su origen rancio y reaccionario, el señor que intenta gobernar la Argentina encarnaba una figura novedosa a la hora de remodelar el casting mundial de las derechas. Por fin se podrían reunir en un mismo personaje bizarro el rock star y el individuo ultraconservador.
Lo que se ocultaba en toda esta situación es que la novedad no era tal. Se reducía absolutamente a un fenómeno mediático, porque al fin y al cabo las condiciones de posibilidad de lo nuevo en la historia no son precisamente frecuentes, ya que las inercias históricas son muy poderosas. Después de su contundente derrota en las últimas elecci