“La historia será implacable con los golpistas”, afirmaba en un emotivo discurso la entonces presidenta de Brasil Dilma Rousseff, horas antes de que el Senado de su país anunciara la condena con que culminó un vidrioso impeachment, cargado de vendettas personales y partidarias e imágenes y discursos ominosos.
Entre los más deplorables capítulos de ese juicio político se recuerda el voto de Jair Messías Bolsonaro, en ese momento diputado federal, quien además de reclamar el proceso y la condena de la mandataria dedicó su voto a Carlos Alberto Brilhante Ustra, el militar que en la dictadura había sido el torturador de la única mujer que hasta hoy ganó en las urnas, y dos veces seguidas, el derecho a ocupar el sillón más importante del Palacio del Planalto.
La frase premonitoria de Dilma, v