Nicaragua, Venezuela, Corea del Norte, Laos, Eritrea, Siria y Turkmenistán, por mencionar algunos, son algunos de los países que presentan características muy similares a las de Cuba: en mayor o menor grado todos combinan altísimos niveles de miseria estructural; supresión violenta de la disidencia; poderosísimos aparatos de control represivo que buscan perpetuar a sus élites en el poder a costa de las libertades individuales; y un desmesurado culto a la personalidad. Pocos ponen en duda que Cuba se ha convertido en un referente mundial en cuanto al fracaso total de su modelo social y económico, un modelo que por supuesto nadie con dos dedos de frente quisiera emular.
Un reciente estudio elaborado por el Observatorio Cubano de Derechos Sociales (OCDH) sobre la miseria y la desesperación d