Para un número creciente de dueños de gatos en España, la identificación de su mascota ha dejado de ser una opción para convertirse en una exigencia legal. En comunidades como Andalucía, Cantabria, Galicia, Madrid o Cataluña, la normativa es clara y establece la implantación de un microchip como una obligación legal ineludible . Este procedimiento debe realizarse antes de que el felino cumpla los tres meses de vida o, en caso de ser adoptado, durante el primer mes de convivencia con su nueva familia.
De hecho, este pequeño dispositivo, de un tamaño similar a un grano de arroz, funciona como una suerte de DNI para el animal. Una vez implantado bajo la piel por un veterinario, contiene un código único de quince dígitos que queda asociado de por vida al gato y a su propietario. Dicho cód