A veces, el ladrido insistente de un perro no es una simple molestia o un mal hábito, sino la única forma que tiene el animal de comunicar un malestar profundo. Antes de explorar las causas conductuales, es imprescindible consultar con un veterinario de confianza para descartar un problema médico subyacente. Un dolor oculto o una enfermedad no diagnosticada pueden manifestarse a través de una vocalización excesiva, por lo que un chequeo profesional debe ser siempre el primer paso en la resolución del conflicto. De hecho, existen varias , y la vocalización excesiva puede ser una de ellas.

De hecho, si la salud del animal es óptima, la raíz del problema suele encontrarse en su entorno y en las emociones que este le provoca. La vuelta a la normalidad tras la pandemia ha supuesto para mucha

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